Voces de mi Comunidad

Voces de mi Comunidad

“Necesitamos que haya más interés en las familias para llevar a los hijos a leer,” opina Erika Díaz Guillén, quien es una mamá en Castroville que cotidianamente va a la biblioteca Andy Ausonio para que su hijo Mauricio esté mejor preparado para ir por primera vez a la escuela. A Erika le gusta que las bibliotecarias tienen juguetes para que ellos y ellas jueguen los viernes. Además de que aunque algunas mamás dejan allí a sus criaturas mientras ellas están haciendo otras cosas dentro o fuera de la biblioteca, Erika dice, “la biblioteca no es una guardería.” Le encanta que su hijo se muestra fascinado cuando hojea los libros, y ella considera que las familias Latinas deberían de vez en cuando aportar económicamente a la Fundación de las Bibliotecas Gratuitas del Condado de Monterey.

Hay más personas que consideran que la comunidad latina se debería hacer presente al momento de las colectas de fondos para las bibliotecas locales. “Los Latinos somos los que más pedimos y los que menos aportamos", apuntó Carmen Adriana Pérez de Ramírez, quien también tiene un hijo único actualmente a punto de entrar a la escuela secundaria. Carmen también se refirió al rol que juegan las mamás y los papás de familia para motivar a sus criaturas a venir más seguido a la biblioteca. “La biblioteca tiene muchos recursos pero pienso que está en mí que mi hijo quiera ir. Tengo tres semanas que lo empecé a llevar y mi hijo no sabía ni siquiera qué hacer… entonces como a él le gustan mucho los animales lo conduje a donde están las lecturas de animales para llamarle la atención de que pudiera tomar un libro y sí se lo llevó y el sábado vinimos a regresarlo y le dije, ‘Agarra otro libro,’ pero necesito yo motivarlo, impulsarlo a que elija algo que a él le gusta.” Carmen no sólo impulsa a su hijo a leer sino que también se sienta a leer con él. En la última ocasión leyeron juntos “Los Remedios del Tata,” un libro que a ella la remontó al pasado, sólo que ahora ese viaje a través del tiempo lo hizo acompañada de su hijo Alexander. Después de regresar de ese viaje imaginario, su hijo le pidió permiso para ir a la sección de los rompecabezas y allí se le pasó el tiempo sin sentir, de tal manera que “ya no se quería ir,” recuerda Carmen.

Así como Erika y Carmen se manifiestan en favor de que los Latinos y las Latinas contribuyamos con algunas donaciones económicas a nuestro sistema de bibliotecas gratuitas del condado de Monterey, más voces de la comunidad se suman a esta idea que empieza a cobrar la forma de una campana que muy bien se pudiera denominar “La Cooperacha.”

Amiga Latino o amigo latino, si quieres contribuir con tu granito de arena mándame un texto con tus sugerencias al (831)-595-1740 y dime qué opinas de entrarle a la cooperacha para hacer más fuertes a nuestras bibliotecas que sin lugar a dudas son de un gran beneficio para nuestras criaturas, y en general para nuestra comunidad.